viernes, 7 de febrero de 2014

Héctor Ranea & Sergio Gaut vel Hartman * LA TERCERA GUERRA MUNDIAL. APROXIMADAMENTE*. Episodio 5 - Interludio sobre mecánica de las piedras movedizas



La Naturaleza, razonó una vez el príncipe Víctor McSuere, del Reino Perdido de Hiperbórea, no proveyó a las piedras de movimiento debido a su voluminoso carácter, lo que las convertiría en máquinas muy masivas de moler propiedades y ganado, aparte de gente. Ese razonamiento, a lo largo de los años ha ido haciéndose letanía en libros de zoología, los que excluyen a las piedras de los seres semovientes por el mero hecho de que no se mueven. Y es correcto que así sea, nos parece. Sin embargo, en algunos lugares del mundo, la misma Naturaleza, con su humor patafísico, se encarga de desmentir tal afirmación y desparrama piedras movedizas. Está el caso de la piedra que late en los más insólitos lugares del mundo, si se quiere, ya que se la suele encontrar en sitios como las cuevas de la Rata y el Dragón, en las islas David García, o en ese otro lugar remoto de la llanura pampeana, en la que la piedra que late fue convertida en numen por los ciudadanos de la localidad, aunque a pocos kilómetros de ahí, una plataforma de gran tamaño ostenta la marca mayúscula en superficie plana asequible a los humanos que, una vez montados sienten el vértigo de pendular en las alturas sometidos a la voluntad de una piedra, si ésta tuviera voluntad.
En rigor, debemos decir, no se trata de piedras semovientes, por más que esto descorazone a algunos políticos y sacerdotes de varias religiones (recordamos acá, a modo de ilustración, la religión de los Escénicos, un grupo neuroasiático que considera que el corazón de la piedra alguna vez fue dios, pero que se endureció de ira). Decimos de una vez por todas que se trata de equilibrio de las piedras, las cuales oscilan por excitaciones diversas.
En algunos lugares, lamentablemente, las piedras caen. Su caída provoca destrozos de varios tipos pero, sobre todo, emocionales. Por eso, nuestra compañía destacó a dos científicos, uno de origen calmuco, otro de estirpe rusa, para que desarrollen la gran máquina de generación de movimiento en piedras. Esto trae alegría en cuerpos desahuciados por tristezas centenarias y futuras aplicaciones en molienda, apertura de nueces, botellas, etcétera.
Nuestro sistema, único y universal, se basa en la clonación de una piedra mediante una ultra copiadora láser 3D de siliconas recubiertas de una resina epoxi especial, que reproducen con gran fidelidad los detalles de las rocas y los dotan de un hueco en el que se instala, entre otros adminículos de fijación, un complejo mecanismo, que será descrito abajo, que hace que oscilen paramétricamente. Este mecanismo tiene un complejo sistema de interconexión de las diferentes partes de las diferentes cubiertas con los elementos móviles mediante cuerdas hechas de hilos de arañas especiales de Baizhenur, en las estepas centrales del Bajikistan Superior. Estas arañas son conocidas porque elaboran una tela que ha sido usada para tender un puente peatonal sobre el río de la Madre en el cañón de Phylus, bautizado por Alejandro el Macedonio como La Garganta de Aristóteles, pero luego rebautizado por el Primer Comandante del Czar Eugenio como “La Garganta del Diablo”, para parecerse a tantos otros lugares turísticossimilares.
Mediante un sencillo sistema de poleas y engranajes, con caja diferencial automática, los hilos mueven una masa descentrada compuesta por miles de millones de nanobots de inteligencia artificial que desplazan el centro de inercia del sistema con ritmo variable según el estímulo programable. Se sabe que algunos usuarios han logrado que las piedras se muevan al ritmo de “Blueberry Hills”, “Los ejes de mi carreta”, o varias otras canciones de gran connotación emocional.
Estos nanobots son construidos mediante un procedimiento que se mantiene en reserva, pero tienen funcionalidad y forma de ojos diminutos porque captan la luz que se filtra por los resquicios estudiados en la estructura 3D y mediante la polarización de la luz determinan los movimientos adecuados sin necesidad de contactos externos con anemómetros, relojes u otros instrumentos. Se puede decir que es un vuelo a ciegas controlado por ojos.
Hasta aquí la propaganda. Lo que no dicen los fabricantes de estas piedras es que existen designios oscuros, tanto en el científico de origen ruso, no por nada vinculado a la Asociación Universal De Pacifistas Costo Cero y más aún en el calmuco, un oscuro personaje que recuerda mucho al Presidente de FIDE y de quien aún no mucho se ha podido averiguar al momento de componer este interludio. Pero retomemos el hilo central de la historia para que esta fluya libremente y penetre hasta el tuétano de los amables lectores que nos han seguido sin claudicaciones hasta este punto.

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