La Naturaleza, razonó una vez el príncipe Víctor McSuere, del
Reino Perdido de Hiperbórea, no proveyó a las piedras de movimiento
debido a su voluminoso carácter, lo que las convertiría en máquinas
muy masivas de moler propiedades y ganado, aparte de gente. Ese
razonamiento, a lo largo de los años ha ido haciéndose letanía en
libros de zoología, los que excluyen a las piedras de los seres
semovientes por el mero hecho de que no se mueven. Y es correcto que
así sea, nos parece. Sin embargo, en algunos lugares del mundo, la
misma Naturaleza, con su humor patafísico, se encarga de desmentir
tal afirmación y desparrama piedras movedizas. Está el caso de la
piedra que late en los más insólitos lugares del mundo, si se
quiere, ya que se la suele encontrar en sitios como las cuevas de la
Rata y el Dragón, en las islas David García, o en ese otro lugar
remoto de la llanura pampeana, en la que la piedra que late fue
convertida en numen por los ciudadanos de la localidad, aunque a
pocos kilómetros de ahí, una plataforma de gran tamaño ostenta la
marca mayúscula en superficie plana asequible a los humanos que, una
vez montados sienten el vértigo de pendular en las alturas sometidos
a la voluntad de una piedra, si ésta tuviera voluntad.
En rigor, debemos decir, no se trata de piedras semovientes, por más
que esto descorazone a algunos políticos y sacerdotes de varias
religiones (recordamos acá, a modo de ilustración, la religión de
los Escénicos, un grupo neuroasiático que considera que el corazón
de la piedra alguna vez fue dios, pero que se endureció de ira).
Decimos de una vez por todas que se trata de equilibrio de las
piedras, las cuales oscilan por excitaciones diversas.
En algunos lugares, lamentablemente, las piedras caen. Su caída
provoca destrozos de varios tipos pero, sobre todo, emocionales. Por
eso, nuestra compañía destacó a dos científicos, uno de origen
calmuco, otro de estirpe rusa, para que desarrollen la gran máquina
de generación de movimiento en piedras. Esto trae alegría en
cuerpos desahuciados por tristezas centenarias y futuras aplicaciones
en molienda, apertura de nueces, botellas, etcétera.
Nuestro sistema, único y universal, se basa en la clonación de una
piedra mediante una ultra copiadora láser 3D de siliconas
recubiertas de una resina epoxi especial, que reproducen con gran
fidelidad los detalles de las rocas y los dotan de un hueco en el que
se instala, entre otros adminículos de fijación, un complejo
mecanismo, que será descrito abajo, que hace que oscilen
paramétricamente. Este mecanismo tiene un complejo sistema de
interconexión de las diferentes partes de las diferentes cubiertas
con los elementos móviles mediante cuerdas hechas de hilos de arañas
especiales de Baizhenur, en las estepas centrales del Bajikistan
Superior. Estas arañas son conocidas porque elaboran una tela que ha
sido usada para tender un puente peatonal sobre el río de la Madre
en el cañón de Phylus, bautizado por Alejandro el Macedonio como La
Garganta de Aristóteles, pero luego rebautizado por el Primer
Comandante del Czar Eugenio como “La Garganta del Diablo”, para
parecerse a tantos otros lugares turísticossimilares.
Mediante un sencillo sistema de poleas y engranajes, con caja
diferencial automática, los hilos mueven una masa descentrada
compuesta por miles de millones de nanobots de inteligencia
artificial que desplazan el centro de inercia del sistema con ritmo
variable según el estímulo programable. Se sabe que algunos
usuarios han logrado que las piedras se muevan al ritmo de “Blueberry
Hills”, “Los ejes de mi carreta”, o varias otras canciones de
gran connotación emocional.
Estos nanobots son construidos mediante un procedimiento que se
mantiene en reserva, pero tienen funcionalidad y forma de ojos
diminutos porque captan la luz que se filtra por los resquicios
estudiados en la estructura 3D y mediante la polarización de la luz
determinan los movimientos adecuados sin necesidad de contactos
externos con anemómetros, relojes u otros instrumentos. Se puede
decir que es un vuelo a ciegas controlado por ojos.
Hasta aquí la propaganda. Lo que no dicen los fabricantes de estas
piedras es que existen designios oscuros, tanto en el científico de
origen ruso, no por nada vinculado a la Asociación Universal De
Pacifistas Costo Cero y más aún en el calmuco, un oscuro personaje
que recuerda mucho al Presidente de FIDE y de quien aún no mucho se
ha podido averiguar al momento de componer este interludio. Pero
retomemos el hilo central de la historia para que esta fluya
libremente y penetre hasta el tuétano de los amables lectores que
nos han seguido sin claudicaciones hasta este punto.
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